El inglés como lengua franca en las instituciones europeas ¿esperamos algún cambio tras el BREXIT?
¡Hola a todos!
Aquí os dejo mi presentación sobre las posibles influencias que el Brexit podría tener sobre la lengua inglesa y su uso en las instituciones europeas. Aunque la presentación está centrada en la parte más cultural, no debemos olvidar tampoco las motivaciones económicas, que juegan un papel importante en estas decisiones. Además, añadir que todas las posibles situaciones que aquí se presentan son meras hipótesis ante un período de incertidumbre. En lo que se refiere a lo personal, me decanto por la última opción que os presento, pero para conocerla tendréis que visualizar primero la presentación.
Hola, Yaiza! Como integrante del grupo 2, he sentido curiosidad por ver algunas de las presentaciones hechas en vuestro grupo y, en concreto, sobre este tema que también ha realizado una compañera de mi grupo, y que me parece de los más interesantes y actuales. La presentación es muy clara y completa, y he podido seguirla perfectamente sin guión. He consultado además el artículo del El Español y la guía de errores de Gardner que incluyes en la bibliografía, ideales para los curiosos que quieren ampliar un poquito. Coincido contigo en el euroinglés como opción más probable tras el Brexit, ya que el inglés se ha convertido en lengua franca y estoy segura de que no va a desaparecer de la UE aunque se produzcan cambios políticos. Enhorabuena por la presentación!
ResponderEliminarHola Cecilia,
EliminarMe alegro de que las presentaciones te hayan despertado esta curiosidad y en concreto la mía, es todo un alago. Además, me gusta saber que has podid seguir esta presentación sin guión, pues esto es exactamente lo que pretendía con este formato. En cambio si tuvieras alguna duda, por favor no dudes en preguntar.
Lo cierto es que sobre el tema no hay demasiada bibliografía al ser un tema bastante reciente, pero lo cierto es que aquellas fuentes que he encontrado me han parecido cuanto menos curiosas, y es genial saber que también lo han sido para ti.
Como en una serie de ficción, en breves conoceremos la realidad de la lengua tras el Brexit... tendremos que esperar al próximo episodio!
Un saludo.
¡Hola, Yaiza! En primer lugar, quisiera felicitarte por tu presentación. Me ha parecido muy interesante el tema en general, así como la manera que has tenido de abordarlo. Lo cierto es que resulta obvio que esta situación supone un gran escollo para la Unión Europea (UE), no solo porque, de alguna manera, se tendría que intentar justificar la permanencia del inglés como lengua vehicular (lo cual, hasta cierto punto, entiendo que no resultaría tan complejo), sino también porque un cambio de idioma, en este caso, tendría unas implicaciones de tales magnitudes que podría llegar a modificar el panorama actual de la UE prácticamente por completo. Pensemos ya, simplemente, en la plantilla de intérpretes y traductores con los que cuenta y en cómo afectaría esto a nivel laboral dentro de esta pequeña, pero, a la vez, gran parte del funcionariado que conforma esta nutrida red de organismos e instituciones de carácter europeo. Entiendo que, a este nivel, supondría un proceso largo, complicado y difícil que implicaría numerosos cambios en lo referente, por ejemplo, a los requisitos y condiciones del personal, así como en los protocolos de trabajo que se aplican en estos momentos, solo por mencionar, a bote pronto, algunos de estos posibles aspectos.
ResponderEliminarPor otro lado, y tal y como decía anteriormente, pienso que es un asunto que, de no ser por los intereses políticos que subyacen (especialmente por parte de los franceses y su afán de restablecer su idioma como lengua de comunicación), sería, en cierto modo, de fácil solución. Como bien comentabas en tu exposición, mantener el inglés sería, sin ninguna duda, la opción más económica y la más práctica, ya que es un hecho que su estatus como lengua franca se encuentra más que consolidado en la actualidad, no solo dentro de la propia UE, sino, incluso, también a nivel global en múltiples situaciones y contextos. Es posible que esto cambie con el paso del tiempo, tal y como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, pero entiendo que es algo que debería depender más de los hablantes o usuarios que de los gobiernos. Con relación a esto, creo, además, que ya ha quedado ampliamente demostrado que, por mucho que las instituciones intenten “tirar hacia su lado” y legislar de acuerdo a lo que consideran más “correcto”, al final el ciudadano se maneja, dentro de las posibilidades, de acuerdo con sus decisiones particulares y deseos; lo que se observa de una manera todavía más marcada en el caso de lenguas, culturas o identidades, por ejemplo. Así, y tal y como yo lo veo, entiendo que, independientemente de cómo se arregle o de la solución por la que se opte, será imposible lograr que todos los agentes implicados queden contentos.