Tema 4: Los niveles de referencia de aprendizaje de lenguas y el desarrollo de competencias
En este post, estrechamente ligado a la entrada anterior y la cual referenciaremos en alguna ocasión, hablaremos del desarrollo de competencias que contribuyen a los procesos comunicativos. Así pues, analizaremos las competencias estipuladas en el aprendizaje de idiomas por el Marco Común Europeo de Referencia y el sistema educativo español, respondiendo a los preceptos de la LOMCE. Sin embargo, teniendo en cuenta que esta información es de acceso público y que los detalles son bien conocidos por todos gracias a las explicaciones del aula, no haremos aquí un análisis de cada competencia, sino que nos centraremos más bien en algunos aspectos concretos de estos contenidos, a través de una visión crítica. A pesar de todo, y aunque nos focalizaremos en el conocimiento declarativo, especialmente en aquello que se refiere al conocimiento del mundo, la cultura y la consciencia cultural, (ver tema 2); la competencia lingüística, refiriéndonos sobre todo a la ortoepía, y a las competencias sociolingüísticas, me parece de gran importancia plasmar el conjunto de elementos en esta entrada para contar con una guía y recordatorio del texto. Así, y destacando en primer lugar que todas estas competencias ponen énfasis en las capacidades de comunicación, cabe hacer una distinción entre las competencias de ámbito general (resumidas en la primera imagen) y las competencias específicas, del ámbito comunicativo, que pretender indicar los niveles de conocimiento del alumnado y consecuentemente asignarles un nivel de lengua dentro del Marco (plasmadas en la imagen número 2).
Ya en nuestra anterior entrada nos referíamos a la importancia de trabajar elementos que no se redujeran al ámbito lingüístico, y señalamos la necesidad de integrar contenidos en la enseñanza tales como las características históricas, políticas y geográficas del país, unos conocimientos enmarcados en el conocimiento declarativo. Sin embargo este conocimiento no se limita a estos aspectos y va mucho más allá, englobando en este sentido conocimientos tales como los relacionados con la vida diaria, bebida y comida, horarios, relaciones, hábitos; ceremonias y festividades o elementos relacionados con las condiciones de vida. Una serie de conocimientos imprescindibles e inseparables de la lengua y su cultura, pero que en la mayoría de las ocasiones se descuidan o se presenta a través de simples estereotipos, que distorsionan la realidad o presentan una única parte de la misma, dando lugar a un conocimiento incompleto. En este sentido me gustaría dejaros aquí un vídeo que habla sobre este tema, una TED talk de la profesora de lingüística de la universidad de George Mason (Virginia), Esperanza Román, en el que remarca la influencia de estos estereotipos en la decisión de aprender o mantener una segunda lengua.
Estrechamente ligado con este ámbito cultural se encuentran también los contenidos recogidos en las competencias sociolingüísticas, pues las normas de cortesía, los registros y los dialectos y acentos son elementos inseparables de las características propias de cada lengua y país. Estos elementos que parecen olvidados en la enseñanza son en cambio imprescindibles, pues a medida que los estudiantes amplíen sus co nocimientos, precisarán del uso de la lengua en estos ámbitos. Especial atención merecen en las enseñanzas los últimos elementos citados - los dialectos y acentos - pues son quizás las características más descuidadas de la enseñanza. De manera habitual, se presenta en las clases una única variedad -el estándar- que está normalmente vinculada al poder económico y prestigio social, en detrimento de otras variedades también existentes y en muchas ocasiones de mayor uso. Con esta limitación se crea la idea en el hablante que el idioma se corresponde únicamente con esta variedad y que cualquier otra es errónea o de menor utilidad o prestigio. Un hecho alejado de la realidad, por lo que el profesorado debería introducir estar variedades regionales y sociales, no con el fin de que el alumnado las domine sino que las reconozca y sea consciente de su existencia a través de una visión alejada de los estereotipos o connotaciones implicadas en ese uso y que le permita un mayor conocimiento de la lengua, pues en la mayoría de estas ocasiones se esconden expresiones de tipo léxico o formas gramaticales de uso extendido entre los hablantes de la lengua.
Por último, me gustaría dejar aquí un espacio para la competencia ortoépica, la cual ha recibido algunas críticas al considerarse que no debería tener la misma consideración que las competencias de su mismo grupo, teniendo en cuenta que esta no responde a una propiedad inherente a la lengua en sí misma, sino a un concepto cultural que responde a razones sociales innecesarias para la comunicación (Fernández Martín, 2008, p.1). Se critica así la definición con la que se dota a esta competencia así como la ausencia de una escala nivelada que describa su dominio. Además, me gustaría destacar aquí la ausencia de una relación entre esta competencia y los conocimientos fonológicos, pues aunque el MCER define esta competencia como la “capacidad de articular una pronunciación correcta partiendo de la forma escrita”, entre las capacidades mencionadas para el desarrollo de esta competencia -el conocimiento de las convenciones ortográficas, la capacidad de consultar un diccionario y las convenciones de representación de pronunciación así como el conocimiento de las formas escritas y los símbolos de puntuación, la entonación y las ambigüedades- no se recoge en ningún momento ninguna referencia a la fonología. Así mismo, ¿no son el conjunto de estas capacidades una parte de otras competencias más específicas? ¿No podríamos eliminar esta competencia y valorarla en el resto de competencias relacionadas?
En definitiva, el conocimiento de una lengua no se limita a saberes estrictamente lingüísticos sino también a otro tipo de competencias generales y específicas, inseparables del idioma, que en su conjunto determinan el nivel de capacidad y dominio que los hablantes tienen de la lengua.
¡Hola, Yaiza!
ResponderEliminarAntes que nada, me gustaría felicitarte por tu entrada. Creo que haces una reflexión muy interesante de las competencias (sobre todo de las del conocimiento declarativo), ya que, como bien dices, están estrechamente relacionadas con las lenguas, pero no se les da la importancia que merecen. Coincido en la necesidad de integrar contenidos a la enseñanza como las características históricas, políticas y geográficas del país, algo que hoy en día no se hace y que es absolutamente necesario para poder entender cómo es una lengua y su cultura. Por último, estoy de acuerdo en que la competencia ortoépica podríamos incluirla dentro de otra competencia, como por ejemplo la competencia fonológica, ya que considero que se pueden trabajar ambas al mismo tiempo sin tener que hacer una distinción entre ellas.
¡Un saludo!
Hola María,
EliminarGracias por tu comentario y reflexión. La verdad es que son elementos verdaderamente olvidados y aquellos elementos relacionados con estos temas se encuentran normalmente completamente estereotipados. En mi experiencia como auxiliar el año pasado en Bélgica, comprobé como la parte cultural referida a España se basaba en el flamenco, los toros, la comida y la corrupción política. En definitiva, un intento de integración de contenidos que está muy alejado de la realidad. Espero que nosotras como futuras docentes seamos capaces de integrar estos contenidos como se debe, huyendo de estereotipos.
Un saludo
Buenos días, Yaiza:
ResponderEliminarEn primer lugar, felicitarte por tu entrada y tus capacidades de redacción; realmente te expresas muy bien y consigues hacer que la persona receptora capte el mensaje y lo entienda de una forma muy lúdica.
Por otra parte, me gustaría expresar mi opinión sobre lo que mencionas del contenido declarativo. Estoy de acuerdo con tus argumentos, a menudo se hace uso de estereotipos para explicar elementos tan preciados y maravillosos de los países como son los culturales. Es por ello que toda persona que se vaya a dedicar a la docencia como nosotras debe luchar por impedir esta situación y hacer ver al alumnado que la cultura de cada persona es uno de los bienes más preciados que posee. En definitiva, gracias a personas como tú la educación quedará en buenas manos y dará a futuras generaciones un conocimiento completo.
Muchas gracias por tamaña aportación,
Ana Proupín