¡Hola a todos y a todas!
En esta entrada hablaremos sobre las programaciones
didácticas vigentes en España tanto en la ESO, Bachillerato, FP como en las
Escuelas de Idiomas. De este modo, las guías de aprendizaje serán una constante
a lo largo de esta entrada en la que además de describir y explicar estos elementos,
referenciaremos diferentes leyes y decretos sobre los que se sustentan.
Teniendo en cuenta que el tema tiene cierta complejidad teórica, intentaremos
explicar todo el contenido contestando a una serie de preguntas que a su vez
darán respuesta a todas las partes y procesos relativos a las programaciones.
Así, las cuestiones que nos planteamos son:
¿Quién crea y en qué
se fundamentan estas programaciones?
En primer lugar, antes de hablar de los contenidos y partes
de una programación didáctica resulta de vital importancia realizar algunas
aclaraciones que disipen cualquier posible duda posterior. En primer lugar,
debéis saber que las programaciones de la ESO y Bachillerato, FP y Escuelas
Oficiales de Idiomas no se rigen por la misma legislación. En el caso de que
queráis profundizar en el tema deberéis consultar la Resolución del 11 de mayo del 2018 en el caso de las enseñanzas secundarias, el Artículo 34 del Decreto114/210, el artículo 13 del Decreto 107/2014 y el artículo 23 de la Orden del12 de julio del 2010 en el caso de la FP y el articulo 49 del decreto 189/2010del 11 de noviembre para las Escuelas de Idiomas. A fin de no perdernos en el
ámbito más legislativo y hablar de los elementos que todas ellas comparten,
pasaremos ahora a hablar de las diferentes fases por las que pasan las
programaciones, desde el ámbito más general al más concreto. A estos efectos,
debemos distinguir 3 tipos de programaciones: la programación didáctica, que es
aquel documento elaborado por el departamento de la materia antes del inicio de
curso que recoge las enseñanzas para cada curso y ciertos acuerdos generales de
carácter metodológico y evaluador; la programación de curso, donde estos
elementos generales se adaptan y concretan gracias al profesorado que imparte
la asignatura en el mismo año para todo el grupo; y la programación de aula, dentro de la
cual cada profesor perteneciente a ese
grupo concreta las actividades de aprendizaje para aplicar en el aula.
¿De qué fuentes bebe
el currículo y cuáles son sus contenidos?
En la creación de las programaciones didácticas intervienen diferentes
fuentes, concretamente cuatro: la fuente pedagógica o didáctica, que está
integrada por documentos legislativos tales como los mencionados en el apartado
anterior – leyes, órdenes, decretos, circulares y otros documentos oficiales –;
la fuente epistemológica, que integra las características particulares de cada
disciplina, sus conocimientos y sus contenidos específicos; la fuente
psicológica, relacionada con la edad,
actitudes y aptitudes para el aprendizaje del alumnado, a las que
consecuentemente nos debemos adaptar; y la fuente sociocultural o sociológica,
que es aquella que analiza el entorno socioeconómico y la realidad en el que se
enmarca el centro. A fin de clarificar estos conceptos os dejo la
siguiente imagen extraída de en el que se resume de forma esquemática
toda esta explicación.
¿Qué
partes constituyen una programación?
No existe un esquema
establecido, y aunque como hemos visto en el primer apartado, la administración
orienta en este aspecto, la realidad es que las programaciones varían en función
de los centros. Sin embargo, todas las programaciones suelen integrar una serie
de elementos comunes tales como la introducción y el contexto, los objetivos,
los contenidos y su secuencialización, la metodología, las actividades y los recursos a emplear - que responden a las
preguntas ¿qué, cuándo y cómo enseñar?- los métodos de evaluación - ¿Qué, cómo
y cuándo evaluar? -. Además, hay que tener en cuenta que en el caso de que el
aula esté integrada por algún alumno con necesidades específicas (NEE o NEAE),
la programación deberá reservarle un espacio específico en el que se recojan
sus características y los cambios en elementos tales como contenidos,
enfoques, estructuras y estrategias para el correcto aprendizaje del
conjunto del alumnado. Me gustaría introducir aquí una breve reflexión
personal, pues en mi experiencia, los docentes no ofrecieron nunca estas
atenciones, y la solución consistía en separar al alumnado del aula o en dotarle
con un ayudante, suponiendo de modo claro esto una discriminación para ellos. La
diversidad es una realidad en las aulas, ya no solo en lo referente a los
grupos si no a los propios alumnos y como buenos docentes debemos atender a
estas necesidades y construir una educación equitativa e integradora, sin poner
barreras al aprendizaje. Para ello creo que es importante conocer el
significado del término educación inclusiva, pues a veces se considera que ciertas
prácticas son ya motivo de inclusión, sin embargo me gustaría dejaros esta
definición dada por la UNESCO en el año 2005 para que reflexionéis si realmente tenemos una
educación de este tipo: "La educación inclusiva puede ser concebida como
un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de las necesidades
de todos los educandos a través de una mayor participación en el aprendizaje,
las actividades culturales y comunitarias y reducir la exclusión dentro y fuera
del sistema educativo". Me gusta particularmente esta definición debido a su
última frase, pues la inclusión no es solo objeto de los docentes y el centro
si no de todo el entorno que lo rodea a este, que como hemos visto forma parte
de estas programaciones a través de la fuente sociocultural.
En definitiva, las programaciones didácticas
no son solo un simple documento que recoge contenidos, objetivos, metodologías
y actividades. Es una representación de una realidad y conocimientos, que deben
tener en cuenta a todo el conjunto del alumnado a fin de crear una educación
integradora, equitativa e inclusiva. Un objetivo, del que todos formamos parte,
sobre el cual debemos reflexionar y al cual debemos contribuir y para el que
quizás esta guía nos podría ayudar.
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